Cocheras de la EMT de La Elipa: del gran centro eléctrico prometido al parón y el giro a concesión
Durante años se habló de convertir las cocheras de la EMT de La Elipa en el gran centro de operaciones eléctrico de Madrid. Hoy el solar tiene demoliciones hechas, pero la obra está parada y el proyecto ha cambiado de rumbo: del plan municipal clásico a una concesión largo-placista. Analizamos qué se planteó, qué se ha hecho, por qué se ha frenado y qué se espera a partir de ahora.
Tabla de Contenidos
- 1 Qué se pensaba hacer: el “hub” eléctrico de referencia
- 2 Qué se hizo de verdad: cierre, traslado y demoliciones
- 3 El giro de modelo: de obra directa a concesión
- 4 ¿Por qué está parado? Lo administrativo manda
- 5 Polémicas y debates abiertos
- 6 Qué necesidades resuelve La Elipa en la red de EMT
- 7 Qué falta para volver a ver obras
- 8 Lecciones de este viraje
- 9 Dónde encaja en la estrategia de ciudad
- 10 Estado actual y cómo seguirlo
- 11 Accede a la galería de fotos del proyecto
Qué se pensaba hacer: el “hub” eléctrico de referencia
El plan inicial para las cocheras de la EMT de La Elipa dibujaba un centro de operaciones moderno, pensado para albergar más de 300 autobuses y servir de punta de lanza en la electrificación de la flota municipal. Se hablaba de una instalación integral con patios de carga, talleres adaptados a tecnología de alto voltaje, lavaderos, gestión de baterías y un edificio eficiente energéticamente. La clave: concentrar en un mismo ámbito la operativa diaria y la infraestructura de recarga a gran escala, con capacidad para crecer conforme llegaran más buses cero emisiones. Además, en el marco urbanístico aparecía la posibilidad de incorporar usos compatibles en la parcela y mejorar el entorno urbano, integrando mejor el límite entre cochera y barrio.
Qué se hizo de verdad: cierre, traslado y demoliciones
La EMT cerró La Elipa en 2022 para poder iniciar la transformación sin interferir en la explotación diaria. Las líneas allí adscritas se redistribuyeron principalmente al centro de operaciones de Fuencarral, con operativas puntuales desde otras cocheras (por ejemplo, para nocturnos o servicios especiales). En el ámbito de obra, lo visible sobre el terreno han sido tareas de desmantelamiento y derribos de edificios en desuso, limpieza, retirada de instalaciones y preparación del solar. A partir de ahí, el avance físico se detuvo a la espera de una redefinición del modelo.
El giro de modelo: de obra directa a concesión
En 2024 la EMT impulsó una consulta preliminar de mercado para una concesión de obra: un contrato en el que un operador privado diseña, construye, conserva y explota el nuevo Centro de Operaciones de La Elipa durante un periodo prolongado. La lógica detrás de este enfoque es doble. Por un lado, traslada parte del riesgo tecnológico y de integración energética (sistemas de recarga masiva, potencia disponible, actualización de equipos, ciclos de vida de baterías y cargadores) a un especialista que se compromete con niveles de servicio. Por otro, suaviza el impacto presupuestario inicial (CAPEX) al escalonar inversiones y pagos durante la vida de la concesión, algo especialmente relevante en proyectos con mucha infraestructura eléctrica, potencia contratada y obra civil compleja. Este modelo, habitual en estaciones de autobuses y aparcamientos, es más novedoso aplicado a una cochera municipal de gran escala.

¿Por qué está parado? Lo administrativo manda
El parón no responde a un abandono, sino a un cambio de fase. Con el cierre hecho y los derribos completados, el siguiente paso es licitar la concesión: publicar pliegos, recibir ofertas, adjudicar y firmar contrato. Hasta que ese expediente no eche a andar, no veremos grúas ni cimentaciones nuevas. En términos prácticos, La Elipa vive un “intermedio administrativo” entre el modelo antiguo y el nuevo marco contractual.

Polémicas y debates abiertos
En un proyecto tan grande, las aristas aparecen solas:
- Privatización vs. eficiencia. El paso a concesión suscita recelos entre parte de la plantilla y sectores que prefieren gestión 100% pública. A cambio, el Ayuntamiento y EMT argumentan certidumbre de inversión, plazos y tecnología de recarga bajo indicadores de desempeño (niveles de disponibilidad, tiempos de carga, sostenibilidad energética).
- Impacto laboral y conciliación. El cierre obligó a reubicar personal en otras cocheras, con cambios de turnos y desplazamientos. Estos ajustes se perciben de forma desigual según el caso.
- Entorno urbano y vecindario. La obra deberá resolver accesos, ruidos y flujos de buses, además de cumplir con la promesa implícita de “coser” mejor el borde de la parcela y mejorar el paisaje urbano.
- Energía y red eléctrica. Un patio para cientos de buses eléctricos exige potencia, subestaciones, gestión de picos y, previsiblemente, generación fotovoltaica y almacenamiento. Ese rompecabezas técnico-regulatorio suele ser más fácil de encajar cuando el mismo adjudicatario diseña y explota el conjunto, pero requiere supervisión pública férrea.
Qué necesidades resuelve La Elipa en la red de EMT
La posición de La Elipa es estratégica para operar líneas del eje noreste-este y reforzar la resiliencia de la red especialmente en el centro de la ciudad. Reabrir una base aquí reduce kilómetros en vacío (buses circulando sin pasajeros para entrar/salir de cochera), acorta tiempos de respuesta y mejora la eficiencia diaria. Con la electrificación acelerándose, disponer de un centro de operaciones especializado en recarga rápida y nocturna cerca del área de servicio es un multiplicador de fiabilidad: menos dependencias de terceros, menos cuello de botella en otras cocheras y más margen para ampliar cobertura de líneas eléctricas.

Qué falta para volver a ver obras
La secuencia esperable:
- Publicación de la licitación de la concesión (pliegos técnicos y administrativos).
- Oferta y competencia de consorcios con experiencia en obra civil, instalaciones eléctricas de potencia y operación de activos urbanos.
- Adjudicación y cierre financiero.
- Proyecto constructivo detallado, trámites ambientales/urbanísticos y inicio de obra.
- Montaje de cargadores, subestaciones, conexión a red y pruebas de integración con la flota.
- Puesta en servicio por fases, alineada con la llegada de nuevos buses eléctricos.
Lecciones de este viraje
- Tecnología primero: en cocheras eléctricas, la ingeniería de potencia manda más que la arquitectura. Fallar en potencias, transformadores o control de carga penaliza toda la operación.
- Riesgos repartidos: contratos con indicadores claros alinean inversión, disponibilidad y mantenimiento a largo plazo.
- Calidad urbana: barreras físicas, ruido y flujos deben resolverse con diseño (pantallas verdes, accesos inteligentes, horarios de maniobra, itinerarios seguros) para ganar aceptación social.
- Transparencia: explicar hitos y plazos evita la sensación de “obra fantasma”. Un cronograma público y actualizaciones periódicas son tan importantes como el hormigón.

Dónde encaja en la estrategia de ciudad
Reactivar las cocheras de la EMT de La Elipa como base eléctrica conecta con tres objetivos: descarbonizar la movilidad, mejorar la eficiencia operativa de la red de autobuses y regenerar una gran pieza urbana en el borde de Ciudad Lineal. Si el pliego equilibra bien precio, tecnología y diseño urbano, el centro puede convertirse en referencia y catalizador para desplegar más líneas cero emisiones con garantías.
Estado actual y cómo seguirlo
A día de hoy, las cocheras de la EMT de La Elipa están cerradas y con parte de las demoliciones realizadas. No hay obra vertical en marcha. Todo depende de que EMT publique la licitación de la concesión y la adjudique. Ese será el verdadero “pistoletazo de salida” para volver a ver actividad constructiva sobre el solar. Y, por supuesto, te lo vamos a contar aquí.
Accede a la galería de fotos del proyecto
Aquí tienes algunas imágenes históricas de la cochera, demoliciones y estado actual del solar:
