Festival flamenco de Tetuán: segunda edición en Madrid
El festival flamenco de Tetuán vuelve a encender el otoño madrileño y convierte al distrito en un pequeño templo jondo. Durante varios días, el Centro Cultural Eduardo Úrculo y sus alrededores se llenan de cante, toque y baile, pero también de exposiciones, talleres y catas que conectan tradición y vida de barrio. Así, el flamenco sale de los grandes teatros y aterriza en un distrito con una identidad muy marcada, donde conviven vecindarios de siempre y nuevas generaciones con ganas de cultura cerca de casa.
Tabla de Contenidos
- 1 Qué es el festival flamenco de Tetuán y cómo nace
- 2 La segunda edición del festival flamenco de Tetuán: fechas y escenario principal
- 3 Programación: cante, baile, talleres y catas en clave flamenca
- 4 Tetuán, barrio flamenco: identidad, diversidad y espacio público
- 5 Cómo disfrutar del festival flamenco de Tetuán y moverte por el distrito
- 6 Galería de fotos
Qué es el festival flamenco de Tetuán y cómo nace
El festival flamenco de Tetuán es una cita anual que convierte al distrito en un punto de encuentro para amantes del cante jondo y curiosos que quieren acercarse a este arte sin salir de Madrid. Nace con vocación de barrio, pero también con una ambición clara: consolidar una programación estable de flamenco en el norte de la ciudad. La primera edición, celebrada en noviembre de 2024 en el Centro Cultural Eduardo Úrculo, ya dejó claro que había ganas: más de un millar de asistentes disfrutaron de conciertos, talleres, coloquios y una exposición fotográfica que llenó de duende el auditorio del centro.
La idea del festival surge del trabajo conjunto entre la Junta Municipal de Tetuán y entidades del distrito vinculadas históricamente al flamenco y a la comunidad gitana. El objetivo es doble: por un lado, acercar grandes nombres del cante y el baile a un contexto muy cotidiano; por otro, invitar a los vecinos a descubrir que el flamenco es mucho más que un espectáculo de escenario. De esta forma, se entiende como un proyecto cultural, pero también como un encuentro social que reconoce la aportación del pueblo gitano a la identidad de Tetuán y de Madrid.
Desde su arranque, el festival ha buscado diferenciarse de otros ciclos flamencos de la ciudad apostando por un formato intensivo de varios días, en el que se mezclan recitales, fotografía, mesas redondas, talleres de palmas y cajón, y propuestas que conectan flamenco con otros lenguajes como la gastronomía. Por eso, el público se reparte entre aficionados veteranos, jóvenes que se acercan por primera vez y familias que encuentran en el centro cultural un plan completo de fin de semana.
La segunda edición del festival flamenco de Tetuán: fechas y escenario principal
La segunda edición del festival flamenco de Tetuán se celebra en noviembre de 2025 y vuelve a tener como epicentro el Centro Cultural Eduardo Úrculo, en la plaza de Donoso. Esta sede se ha convertido en el gran contenedor cultural del distrito, con un auditorio de escala casi teatral, salas de exposiciones y espacios para talleres. Además, su ubicación, muy cerca de Bravo Murillo y de varias líneas de metro y autobús, facilita que vecinos de otros barrios se acerquen a disfrutar del programa sin complicaciones de transporte.
El festival concentra su programación de escenario entre los días 21 y 23 de noviembre, cuando el Úrculo acoge los principales conciertos y actividades. Sin embargo, el ambiente flamenco se extiende más allá de esas fechas, ya que desde el 17 de noviembre y hasta el 29 se programa una exposición especial ligada al festival. De este modo, el centro cultural respira flamenco durante casi dos semanas, lo que permite que tanto los asistentes habituales como quienes pasan de manera casual por el edificio se crucen con fotografías, carteles y propuestas vinculadas al arte jondo.
Además, la agenda de esta segunda edición no se limita a las butacas del auditorio. El programa incluye actividades que sacan el festival flamenco de Tetuán a otros puntos del distrito, especialmente a espacios en los que ya existe una comunidad cultural activa, como los centros socioculturales o plazas donde se organizan actividades al aire libre. De esta forma, el festival se refuerza como un proyecto que pertenece al barrio y que dialoga con su trama urbana cotidiana, más allá de un único escenario cerrado.
Programación: cante, baile, talleres y catas en clave flamenca
Si algo define al festival flamenco de Tetuán es la mezcla de formatos. En la primera edición, nombres como Antonio Canales o Guadiana marcaron el nivel artístico del cartel, demostrando que el distrito puede acoger grandes figuras. Para esta segunda entrega, la apuesta se mantiene: el escenario del Úrculo se reserva para recitales potentes de cante y baile, pero también para espectáculos que ponen el foco en la complicidad entre artistas y público. Además, se cuida mucho la presencia de guitarristas y percusionistas, fundamentales en cualquier noche flamenca que se precie.
La programación se completa con talleres abiertos, pensados para iniciar a quienes quieren acercarse a este universo de forma activa. Los cursos de palmas y cajón permiten entender desde dentro el ritmo de los tangos, bulerías y otros palos, mientras que las charlas y mesas coloquio ayudan a situar el flamenco en su contexto social e histórico. Gracias a ello, el festival no se queda en la foto del directo, sino que propone una mirada más amplia sobre el cante jondo, sus raíces y sus retos en la ciudad actual.
Un guiño especial en la programación lo protagonizan las catas de vino ligadas al festival. Inspiradas en las experiencias anteriores con denominaciones de origen como Jerez o Manzanilla, estas sesiones combinan enología y música, y ayudan a entender la relación histórica entre tabernas, tablaos y cultura del vino. Por tanto, el festival flamenco de Tetuán se convierte también en un pequeño laboratorio sensorial, donde el público escucha, mira, conversa y, de vez en cuando, brinda por el arte y la vida de barrio.
Tetuán, barrio flamenco: identidad, diversidad y espacio público
Hablar del festival flamenco de Tetuán es hablar del propio distrito. Tetuán suele definirse por su mezcla: edificios históricos conviven con bloques modernos, pequeños comercios comparten calle con restaurantes de medio mundo y la vida vecinal se reparte entre plazas, mercados y ejes como Bravo Murillo. En este contexto diverso, el flamenco actúa como hilo conductor que conecta memorias distintas, desde la presencia histórica de la comunidad gitana hasta las nuevas generaciones que descubren este arte desde una mirada urbana y muy contemporánea.
La elección del Centro Cultural Eduardo Úrculo como corazón del festival no es casual. Su arquitectura, con un gran volumen central dedicado al auditorio y una fachada fácilmente reconocible en la plaza, lo ha convertido en un hito del paisaje urbano de Tetuán. Además, su relación directa con el espacio público facilita que la plaza se transforme en antesala de los espectáculos, generando encuentros espontáneos antes y después de cada función. Así, acudir al festival supone también redescubrir este rincón del distrito, con sus bares, comercios y calles a escala peatonal.
Por otro lado, el festival se inserta en una estrategia más amplia de programación cultural de barrio, que incluye cine, teatro, actividades juveniles y propuestas en los centros socioculturales. Esta suma de iniciativas refuerza la idea de que Tetuán es algo más que un lugar de paso entre la almendra central y la periferia norte. Es un distrito con personalidad propia, capaz de acoger proyectos como este festival flamenco de Tetuán y de generar comunidad en torno a la cultura, la música y el uso vivo del espacio público.
Cómo disfrutar del festival flamenco de Tetuán y moverte por el distrito
Para disfrutar al máximo del festival flamenco de Tetuán conviene planificar un poco la visita. El Centro Cultural Eduardo Úrculo se sitúa en la plaza de Donoso, a escasos metros de Bravo Murillo y relativamente cerca de varias estaciones de metro, lo que facilita llegar desde casi cualquier punto de la ciudad. Muchos asistentes optan por combinar los espectáculos con un paseo previo por el barrio, aprovechando para descubrir sus comercios tradicionales, sus mercados o las calles residenciales que rodean el centro cultural.
La mayoría de las actividades del festival cuentan con entrada gratuita o precios muy asequibles, aunque en algunos casos se requiere retirada previa de invitaciones o inscripción para los talleres. Por eso, es recomendable consultar con antelación la programación detallada, prestar atención a horarios y aforos, y llegar con tiempo suficiente. En las citas más potentes es habitual que el auditorio se llene, de modo que conviene organizarse para no perderse el espectáculo deseado.
Un buen plan consiste en reservar una tarde completa para el festival flamenco de Tetuán: asistir a un taller o a una cata, quedarse después al concierto principal y rematar la noche tomando algo en los bares cercanos. De este modo, la experiencia deja de ser solo cultural y se transforma en una inmersión en la vida cotidiana del distrito. Además, quienes repiten varios días empiezan a reconocer caras, artistas y rincones, y terminan sintiéndose un poco parte de la comunidad que sostiene el festival año tras año.
Galería de fotos
Déjate llevar por el duende del barrio y recorre en imágenes los momentos más intensos del festival.
