Castellana Terra, las viviendas transspecies de Andrés Jaque

Castellana Terra, las viviendas transspecies de Andrés Jaque

Castellana Terra es uno de esos proyectos que te obligan a replantearte cómo quieres vivir en Madrid. En plena Castellana y firmado por Andrés Jaque, este conjunto de viviendas convierte la idea de “piso céntrico” en algo completamente distinto: terrazas que son ecosistemas, fachadas que respiran con las estaciones y una arquitectura que trata a plantas y microorganismos como vecinos más. Si te interesa la ciudad, la sostenibilidad y la vida urbana del futuro, aquí hay mucho que rascar.

Qué es Castellana Terra y por qué pone patas arriba la Castellana

Castellana Terra es un modelo residencial concebido como una colección de dieciséis hogares ajardinados en uno de los ejes más potentes de Madrid, junto al Paseo de la Castellana. Más que un edificio al uso, se plantea como una pieza experimental donde la vida doméstica se mezcla con la vegetación, la luz y el clima de la ciudad. El proyecto, diseñado por Andrés Jaque y su Oficina de Innovación Política, tiene prevista su inauguración en 2027 y se integra en la línea de trabajo de la llamada Arquitectura Transspecies.

En este contexto, Castellana Terra no busca simplemente ofrecer viviendas bonitas con terrazas, sino demostrar que otra manera de habitar el centro urbano es posible. Por eso, cada decisión arquitectónica está atravesada por una pregunta clave: ¿cómo conviven humanos y otras formas de vida en un espacio tan denso como la Castellana? A partir de ahí, surgen fachadas-jardín, suelos que se convierten en sustratos vivos y esquinas domésticas colonizadas por plantas, insectos y microorganismos.

Además, la escala relativamente contenida del proyecto refuerza su carácter casi artesanal. Hablamos de dieciséis viviendas cuidadosamente configuradas, en lugar de una gran torre anónima. Esto permite que la arquitectura se acerque más a la idea de “hogar-paisaje” y menos a la de simple contenedor de metros cuadrados. Por tanto, la promoción se lee como un manifiesto construido que intenta cambiar la conversación sobre cómo se construye en el corazón financiero de la ciudad.

Arquitectura Transspecies: el laboratorio detrás de Castellana Terra

Para entender Castellana Terra hay que asomarse antes a la Arquitectura Transspecies, el marco teórico y práctico que impulsa el trabajo de Andrés Jaque. Este enfoque propone diseñar edificios pensando no solo en las personas, sino también en otras especies que habitan, atraviesan o colonizan la arquitectura: plantas, animales, microorganismos y sistemas ecológicos. Así, el edificio deja de ser un objeto cerrado para convertirse en una especie de mediador entre muchas formas de vida.

Esta visión se ha ido afinando en proyectos anteriores. El Colegio Reggio, en El Encinar de los Reyes, ya mostraba cómo un edificio educativo puede convertirse en un ecosistema donde el corcho, la luz, la vegetación y las dinámicas infantiles dialogan de manera constante. No es casual que la maqueta del colegio haya acabado en la colección permanente del MoMA, ni que otras piezas experimentales del estudio hayan viajado a la Bienal de Venecia, la Triennale de Milán o el Design Museum de Londres.

En ese recorrido, Castellana Terra funciona casi como una síntesis aplicada a la vivienda urbana. La investigación sobre materiales, corchos, bioprocesos y jardines bacterianos se traslada aquí a un entorno supercotidiano: tu salón, tu terraza, tu dormitorio. Además, la propuesta se cruza con el urbanismo madrileño, que tradicionalmente ha separado con bastante rigidez lo natural y lo construido. En cambio, este proyecto apuesta por una convivencia más compleja y, sobre todo, más visible entre ciudad y naturaleza.

Cómo son las viviendas de Castellana Terra por dentro y por fuera

Las viviendas de Castellana Terra se conciben como hogares-jardín. Cada una se abre hacia el norte y hacia el sur, lo que facilita la ventilación cruzada y una entrada de luz muy generosa a lo largo del día. Sin embargo, la gran diferencia está en cómo las terrazas se transforman en auténticos paisajes domésticos. No hablamos de un simple balcón con macetas, sino de superficies pensadas como ecosistemas, con vegetación que crece, se expande y cambia con las estaciones.

En el exterior, la fachada se entiende casi como una sección de terreno cultivado. Los jardines aterrazados escalan verticalmente sobre el volumen, de manera que el edificio parece brotar hacia la calle. Desde la Castellana, la imagen se aleja de la típica piel de vidrio y piedra, y se acerca a una especie de topografía habitada. Por eso, el proyecto promete convertirse en un pequeño hito visual en un entorno dominado por oficinas y edificios representativos más convencionales.

En el interior, la distribución busca que la relación con el exterior sea constante. Estancias que se abren a terrazas profundas, umbrales difusos entre dentro y fuera, y materiales que admiten la presencia de tierra, agua y plantas sin miedo al desgaste. Además, el diseño prioriza la luz natural frente a la iluminación artificial, lo que repercute tanto en el bienestar de quienes vivan allí como en la reducción del consumo energético. En conjunto, Castellana Terra compone un paisaje doméstico que respira con Madrid.

Castellana Terra y la nueva manera de vivir el centro de Madrid

Vivir en el eje de la Castellana suele asociarse a oficinas, tráfico intenso y vida ejecutiva. Sin embargo, Castellana Terra propone darle la vuelta a ese imaginario. Aquí, el centro no es solo sinónimo de velocidad, sino también de calma climáticamente regulada por plantas y suelos vivos. Este cambio de mentalidad es importante, porque demuestra que la naturaleza no tiene por qué quedar relegada a los parques periféricos o a escapadas de fin de semana.

Además, el proyecto apunta a un tipo de residente muy concreto: perfiles urbanos, informados y sensibles a los debates ecológicos, pero que no quieren renunciar a la intensidad de la ciudad. En lugar de elegir entre un ático hiperurbano y una casa con jardín en las afueras, Castellana Terra intenta ofrecer un híbrido. Por eso, las terrazas ajardinadas no son un mero extra comercial, sino el verdadero corazón del modo de vida que se propone.

Por otro lado, la presencia de este edificio en un punto tan visible de Madrid puede tener un efecto contagio. Si funciona, es probable que otros promotores y estudios se planteen llevar estrategias similares a futuros desarrollos residenciales u oficinas. Así, la Castellana podría empezar a incorporar más verde real en altura, más biodiversidad y, sobre todo, más proyectos que asuman la complejidad ecológica del siglo XXI como parte de su ADN.

Andrés Jaque, el arquitecto detrás de Castellana Terra

El cerebro de Castellana Terra es Andrés Jaque, arquitecto madrileño y una de las voces más influyentes de la arquitectura contemporánea. Desde su estudio, la Oficina de Innovación Política, lleva años cuestionando cómo la arquitectura participa en la vida social, ecológica y política de las ciudades. No se limita a diseñar edificios bonitos: plantea preguntas incómodas sobre consumo, poder, recursos y convivencia entre especies.

Su trayectoria internacional es amplia. Ha recibido premios como el León de Plata en la Bienal de Venecia y, desde 2022, ejerce como Decano de la Graduate School of Architecture, Planning and Preservation de la Universidad de Columbia, en Nueva York. Además, su trabajo se ha expuesto en instituciones clave del circuito global, lo que le sitúa en un cruce interesante entre práctica profesional, investigación y activismo arquitectónico.

Castellana Terra encaja como una pieza más en esta constelación, pero con una particularidad: está directamente incrustado en la vida diaria de Madrid. Mientras el Colegio Reggio ha transformado la manera de entender un centro educativo, este nuevo proyecto residencial se dirige a quienes abrirán cada mañana las ventanas de sus terrazas ajardinadas. Así, la Arquitectura Transspecies deja de ser una teoría avanzada para convertirse en la rutina cotidiana de dieciséis hogares madrileños.

Ubicación, entorno y cómo imaginar tu día a día en Castellana Terra

Castellana Terra se inserta en el entorno del Paseo de la Castellana, en el distrito de Chamartín, una de las áreas más estratégicas de Madrid. Aquí conviven sedes corporativas, hoteles, embajadas y grandes infraestructuras con una red cada vez más densa de servicios de proximidad, restauración y cultura. Estarás a pocos minutos de algunos de los nodos mejor conectados de la ciudad, con transporte público muy consolidado y acceso cómodo tanto al norte como al sur metropolitano.

Imagina una mañana de invierno en Castellana Terra. Desayunas en una terraza protegida, rodeada de macizos de plantas que filtran el ruido y el aire de la Castellana. Después, bajas caminando a tu trabajo en la zona o coges un transporte público a pocas calles. Por la tarde, regresas a casa y, en lugar de encerrarte, riegas tus jardineras, revisas cómo han cambiado las hojas y aprovechas la luz del atardecer que entra cruzada desde el sur. Todo esto sin salir del corazón financiero de Madrid.

Además, el proyecto invita a repensar cómo te relacionas con tu propio edificio. No solo compartes portal y escalera con tus vecinos, también compartes una colección de ecosistemas en altura que marcan el ritmo de las estaciones. Por eso, Castellana Terra encaja de maravilla con quienes buscan algo más que un simple inmueble: quieren que su casa forme parte de una conversación más amplia sobre clima, ciudad y futuro. Y esa conversación, aquí, empieza desde la fachada.

Galería de fotos

Descubre en imágenes cómo Castellana Terra transforma la Castellana en un paisaje doméstico lleno de vida.

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