Navidad vintage en Valdemoro con La Década Prodigiosa
La Navidad en Valdemoro se ha convertido en uno de esos planes imprescindibles para quienes disfrutan de las fiestas con un punto canalla y nostálgico. Bajo la luz de un enorme árbol navideño y rodeado de calles engalanadas, el municipio se vuelca con una programación que mezcla guiños al pasado, música en directo, deporte pasado por agua y mucha vida en la calle. Si buscas un plan diferente cerca de Madrid, la Navidad en Valdemoro llega con ganas de convertirse en tu nueva tradición anual.
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Lo primero que sorprende al llegar a la plaza de la Constitución es la escala del decorado navideño. El gran árbol artificial de unos 20 metros de altura se convierte en el auténtico faro invernal del municipio, visible desde distintos puntos del centro. Alrededor, las luces caen como una cortina sobre la plaza y enmarcan el belén de gran formato, con figuras de Reyes Magos y camellos que ya son un clásico para las fotos en familia. Además, las rotondas y avenidas de barrios como El Restón, El Caracol, Comunidades, La Estación o El Hospital se suman al paisaje con arcos luminosos, abetos y letreros de felicitación repartidos por todo el término municipal.
La Navidad en Valdemoro se vive en la calle, pero también se cuida el detalle técnico. El alumbrado se apoya en sistemas LED que buscan contener el consumo energético, mientras mantiene la intensidad visual que se espera en estas fechas. Por eso, los horarios de encendido se concentran en las franjas de mayor actividad, para que tanto vecinos como visitantes aprovechen al máximo los paseos al caer la tarde. Además, el Ayuntamiento organiza restricciones puntuales de tráfico en torno a la plaza de la Constitución, de forma que el espacio principal se vuelva casi peatonal y gane en seguridad y comodidad para quienes se acercan a disfrutar del ambiente.
Un encendido con aire vintage y música en directo
El pistoletazo de salida de la Navidad en Valdemoro no se limita a pulsar un botón y ya. El municipio se ha tomado en serio el ritual del encendido y lo ha convertido en un espectáculo con personalidad, que mezcla recursos audiovisuales, pop ochentero y nostalgia bien entendida. El corazón de la fiesta late en la plaza de la Constitución, donde un enorme árbol y un paraguas de tiras luminosas dibujan una especie de cúpula brillante sobre el público. En ese escenario, la música en directo toma el mando con grupos de aire retro, capaces de enlazar villancicos, clásicos del pop español y medleys que hacen cantar a varias generaciones a la vez.
Dentro de ese espíritu, la presencia de formaciones históricas del pop nacional, como La Década Prodigiosa, encaja como un guante en la propuesta del municipio. Su repertorio recorre décadas de canciones conocidas por todos, así que el encendido de luces se transforma en un viaje colectivo a los años de cintas de casete y radios de cocina. Además, el espectáculo suele reforzarse con proyecciones sobre la fachada del antiguo consistorio, juegos de luces sincronizados y nieve artificial que termina de completar el cliché navideño, pero con un punto irónico y muy disfrutable. El resultado, por tanto, es una mezcla entre verbena pop y bienvenida oficial al mes de las cenas, los reencuentros y las fotos a pie de árbol.
Si en Madrid capital la San Silvestre Vallecana marca el 31 de diciembre, en Valdemoro la Navidad tiene su propia versión pasada por agua: la San Swimvestre. Se trata de una prueba de natación por relevos que se celebra en la Piscina Municipal Valdesanchuela, donde equipos de nadadores encadenan series en un formato tan sencillo como exigente. A diferencia de las carreras urbanas, aquí el terreno de juego es la lámina de agua y el ruido lo ponen los relevos al lanzarse al vaso, entre aplausos y ese olor a cloro que ya es parte del ritual.
La cita se ha consolidado con los años y ya cuenta con modalidad infantil y de adultos, lo que convierte a la San Swimvestre en una excusa perfecta para que clubes y grupos de amigos se midan en clave festiva. Además, el componente solidario suma un plus: los participantes colaboran con la recogida de alimentos no perecederos para entidades sociales del municipio, de modo que el esfuerzo en la piscina se traduce también en apoyo directo a quienes más lo necesitan. Por eso, el ambiente se parece tanto a una competición como a una fiesta acuática, donde mandan los disfraces improvisados, los gorros navideños y los piques sanos entre equipos de distintas localidades vecinas.
Organizar una escapada a la Navidad en Valdemoro es bastante sencillo, pero conviene tener en cuenta algunos detalles urbanos para sacarle todo el partido. La plaza de la Constitución funciona como auténtico epicentro del programa, así que la recomendación lógica es llegar con margen antes de las actividades principales, sobre todo en los días de encendido o conciertos. Además, durante el periodo navideño es habitual encontrar restricciones de tráfico en las calles que desembocan en la plaza, lo que obliga a dejar el coche algo más lejos y rematar el trayecto a pie. Esto, lejos de ser un problema, permite ir entrando en ambiente mientras se descubren escaparates decorados, bares llenos y pequeñas plazas iluminadas.
Para quienes vienen desde Madrid o desde otros municipios del sur, el acceso por carretera es directo y rápido, aunque resulta interesante valorar el transporte público para evitar complicaciones de aparcamiento en los días fuertes. Una vez en el centro, lo ideal es combinar la visita al árbol y al belén con un paseo por las avenidas iluminadas de los barrios cercanos, haciendo paradas en cafeterías y bares de la zona. De este modo, la experiencia no se queda solo en las fotos junto al abeto, sino que se convierte en un pequeño itinerario urbano para descubrir otra cara del municipio. Además, si cuadran fechas, se puede enlazar el paseo con algún concierto de villancicos o con la San Swimvestre, creando un plan muy completo.
Más allá de la postal luminosa, la Navidad en Valdemoro también se ha convertido en una palanca para activar la vida de barrio y el comercio de proximidad. Durante estas fechas, las calles cercanas a la plaza de la Constitución concentran buena parte de la actividad, con bares que amplían horarios, cafeterías que tiran de chocolate con churros y tiendas que compiten por tener el escaparate más llamativo. No es raro encontrar concursos de decoración, pasacalles y actividades paralelas que animan a moverse por el centro más allá de la foto rápida. Por eso, darse una vuelta sin prisas ayuda a entender cómo la programación navideña funciona también como estrategia de dinamización urbana.
En paralelo, los espacios culturales del municipio suman propuestas que enriquecen la experiencia. El Teatro Municipal Juan Prado, por ejemplo, suele acoger festivales de villancicos y conciertos corales en los que participan centros escolares y asociaciones locales, lo que añade una capa comunitaria muy potente a la agenda navideña. Además, las actividades pensadas para mayores, los talleres infantiles y las recepciones de los Reyes Magos completan un calendario capaz de cubrir prácticamente todas las franjas de edad. De esta forma, la Navidad en Valdemoro no se limita a la foto de Instagram, sino que se convierte en un momento del año en el que toda la comunidad toma la calle, se reconoce y celebra en común su propio carácter de ciudad intermedia del sur madrileño.
Galería de fotos
Explora en imágenes cómo Valdemoro se transforma con luces, música y chapuzones navideños en plena San Swimvestre.
