Restaurante Memories en el Palacio de Liria: cena con historia

Restaurante Memories en el Palacio de Liria: cena con historia

Hay planes que te cambian el ritmo de la semana. El restaurante Memories en el Palacio de Liria es uno de ellos: cenas donde el entorno pesa tanto como el plato, y donde el Madrid más elegante se siente sorprendentemente cercano. Además, el escenario no es un edificio cualquiera, sino un palacio del siglo XVIII con aura de ciudad europea. Por eso, la experiencia juega a dos bandas: gastronomía mediterránea con guiños internacionales y, al mismo tiempo, una noche que se estira con música, arte e interiorismo.

Qué es el restaurante Memories en el Palacio de Liria

Memories nace como un restaurante nocturno instalado en un enclave muy concreto del Palacio de Liria: sus antiguas caballerizas. Y esa decisión, además de práctica, resulta narrativa. En vez de “entrar” en el palacio como quien visita una vitrina, aquí lo habitas desde el ocio: llegas para cenar, te quedas por el ambiente y, sin embargo, sigues sintiendo que estás dentro de un lugar con siglos de memoria.

La propuesta mezcla cuatro capas con bastante coherencia. Primero, cocina de producto, reconocible y apetecible. Segundo, un interiorismo muy protagonista, pensado para que la noche tenga textura. Tercero, arte integrado en el espacio, no como decoración tímida, sino como parte del relato. Y, por último, un giro de after-dinner: el restaurante se convierte en coctelería con DJ, lo que empuja a “cenar y quedarse” sin forzar el plan.

Además, el lugar resulta útil para celebraciones con un punto teatral: cenas de empresa, grupos y eventos donde el entorno ya hace la mitad del trabajo. Por eso, si te apetece un Madrid nocturno más cuidado, aquí tienes una opción con personalidad propia.

El Palacio de Liria y la magia del siglo XVIII (restaurante Memories en el Palacio de Liria)

Si algo eleva este plan es el contenedor. El Palacio de Liria se considera uno de los grandes palacios nobiliarios del siglo XVIII en Madrid, y su presencia en la ciudad tiene algo casi cinematográfico. Además, su historia está íntimamente ligada a la Casa de Alba y a un tipo de Madrid donde la nobleza construía con ambición urbana, buscando imagen, prestigio y continuidad.

Arquitectónicamente, el edificio se asocia a Ventura Rodríguez, figura clave del XVIII madrileño, y eso ya te orienta sobre el lenguaje: equilibrio, composición, proporción y ese clasicismo que, en Madrid, siempre dialoga con lo práctico. Sin embargo, el palacio también pasó por momentos difíciles y reconstrucciones posteriores, así que su “imagen actual” es, en parte, la suma de capas históricas. Por eso, visitar el entorno de Liria siempre tiene un punto de lección urbana: la ciudad no se conserva como una pieza única, sino como una continuidad de decisiones.

Además, su ubicación junto a la calle de la Princesa lo convierte en un nodo perfecto para un plan nocturno: llegas andando desde Plaza de España o Argüelles, entras en un mundo más silencioso y, al salir, vuelves de golpe al Madrid contemporáneo. Por eso, el contraste funciona tan bien: el restaurante Memories en el Palacio de Liria se disfruta también por lo que ocurre antes y después, en el trayecto.

Carta y platos: una cocina mediterránea con acentos (restaurante Memories en el Palacio de Liria)

La cocina de Memories gira alrededor de una idea bastante agradecida: platos de base mediterránea, con guiños internacionales, y una atención clara al producto. Por tanto, no vas a encontrar un menú pensado para epatar con técnicas raras, sino una carta que busca que todo sea fácil de desear y, además, fácil de compartir. En cambio, la sorpresa aparece en combinaciones y detalles “premium” que elevan el bocado sin complicarlo.

En entrantes, se asoman platos que ya suenan a clásico contemporáneo: ensaladilla rusa con tartar de carabinero y caviar; anchoas con tomate; o flores de alcachofa con crema de jamón. Además, aparecen bikinis reinterpretados, que conectan con esa nostalgia madrileña de cafetería, pero con ingredientes que juegan a lo alto: lacón y queso de tetilla, o salmón con crema de queso de eneldo y caviar. Por eso, el tono general es hedonista, pero sin necesidad de disfraz.

Si miras los principales, el bloque marino tira de referencias conocidas: rape a la bilbaína, lubina a la sal, tacos de bacalao, pulpo a la brasa con parmentier o carabinero con sobrasada. Y, sin embargo, para carnívoros hay un repertorio que apela a lo celebratorio: steak tartar preparado en mesa, solomillo con foie, chuletón de vaca madura o canelones de carrillera estofada. Además, incluyen atún en formatos como tiradito, tartar o tataki, lo que equilibra la carta para cenas largas.

En postres, el enfoque se mantiene directo y casero: tarta de queso, coulant de chocolate y torrija. Por tanto, el cierre va a lo seguro, y eso, sinceramente, en un plan nocturno se agradece. Así, el restaurante Memories en el Palacio de Liria encaja tanto en una cena especial como en una noche de “vamos a darnos un capricho” sin excesos de solemnidad.

Interiorismo, arte y atmósfera: cuando el espacio manda

En Memories el interiorismo no acompaña: lidera. El proyecto de diseño interior firma una sala con techos altos, terciopelos rojos, cortinas pesadas, panelados de madera y piezas de alabastro retroiluminado. Además, la iluminación se trabaja con intención, alternando zonas más oscuras con otras más claras, lo que construye rincones para conversación y rincones para “ver y ser visto”. Por eso, el ambiente se siente versátil: puedes tener una cena íntima o una mesa con energía de grupo sin que el espacio se rompa.

El resultado recuerda a ciertos clubs discretos, casi de “puerta secreta”, pero con un punto futurista elegante. Y, sin embargo, no cae en la caricatura. La clave está en la coherencia material: textiles, madera y luz como trío protagonista. Además, el arte suma otra capa: se integran obras del artista Maseda creadas a partir de carteles originales de la Movida, y eso conecta con una memoria cultural muy madrileña, sin necesidad de nostalgia fácil.

También hay un componente de plan social que el espacio abraza: reservados y salones pensados para celebraciones, y baños diseñados para que la gente se pare, mire y se quede un segundo más. Por tanto, si te interesan los lugares donde el diseño marca el ritmo, aquí hay materia. Además, esta estética dialoga bien con el contexto del palacio: no intenta copiarlo, sino contrastarlo.

Cómo organizar la noche: reservas, eventos y el “quedarse” hasta tarde (restaurante Memories en el Palacio de Liria)

La gracia del plan no termina con el café. De hecho, Memories se concibe para que la cena sea el inicio. Por eso, después del servicio, el espacio puede transformarse en coctelería con DJ, y esa transición encaja muy bien con el público que quiere alargar la noche sin cambiar de lugar. Además, el formato tiene capacidad para eventos de tamaño notable, lo que lo vuelve una opción muy competitiva para cenas de empresa o celebraciones que buscan un entorno con carácter.

En fechas señaladas, la propuesta también se estructura con menús cerrados y opciones específicas. Además, se han planteado menús de Navidad con precios orientativos de 60 € y 70 €, con posibilidad de añadir barra libre de bebidas sin alcohol por 20 € adicionales. Por otro lado, también se ha ofrecido un formato de cóctel navideño por 65 € para un plan más informal. Y, si tu grupo busca un cierre de año singular, se ha anunciado una celebración de Nochevieja por 250 € con menú y fiesta posterior.

Aun así, lo mejor es pensar el plan como una secuencia: primero paseo por la zona, después cena con calma, y por último sobremesa larga. Además, si vienes con gente de fuera, el restaurante Memories en el Palacio de Liria funciona como “postal” de Madrid sin caer en lo típico. Por tanto, es una recomendación fácil cuando alguien te pide un sitio especial, pero con vida.

Ubicación y contacto para planificar tu visita

Dirección: Calle de la Princesa, 18, Madrid.

Teléfono: 660 57 86 43.

  • Cómo llegar en metro: Ventura Rodríguez, Plaza de España y Argüelles quedan cerca, así que puedes ajustar según tu punto de salida.
  • Si vas en coche: la zona tiene aparcamientos cercanos, aunque conviene prever tráfico en fin de semana y días señalados.
  • Consejo de agenda: si quieres “cenar y quedarse”, entra sin prisas y evita apurar el primer turno.

Galería de fotos

Ahora sí: baja la luz, sube la curiosidad y asómate a los detalles que hacen que esta noche se recuerde.

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