Claustro de los Jerónimos: el renacer de un tesoro oculto en el Museo del Prado
Claustro de los Jerónimos, una joya arquitectónica que ha permanecido oculta durante siglos, ha resurgido como parte esencial del Museo del Prado. Este espacio, que combina historia y arte, ofrece a los visitantes una experiencia única en el corazón de Madrid.
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Orígenes históricos del Claustro de los Jerónimos
El Claustro de los Jerónimos formaba parte del Monasterio de San Jerónimo el Real, fundado en 1464 y trasladado a su ubicación actual en 1503 por los Reyes Católicos. Este monasterio desempeñó un papel crucial en la vida religiosa y política de la época, siendo escenario de numerosas ceremonias reales.
En el siglo XVII, el claustro original fue reemplazado por uno de estilo barroco, diseñado por el arquitecto fray Lorenzo de San Nicolás entre 1672 y 1681. Construido en granito madrileño, su diseño austero refleja la influencia del Monasterio de El Escorial, con decoraciones que incluyen escudos reales y emblemas de la orden jerónima.
El abandono y deterioro del claustro
Tras la desamortización del siglo XIX, el Monasterio de San Jerónimo sufrió un progresivo abandono. El claustro quedó en estado de ruina, con solo los arcos de piedra en pie. A pesar de ser declarado Monumento Histórico-Artístico en 1925, no se realizaron intervenciones significativas para su conservación, y su deterioro continuó durante décadas.
En 1962, se llevó a cabo una reparación superficial, pero el claustro permaneció en un estado precario hasta finales del siglo XX. Su integración en el proyecto de ampliación del Museo del Prado marcó el inicio de su recuperación definitiva.
La restauración y reintegración en el Museo del Prado
El proyecto de ampliación del Museo del Prado, diseñado por el arquitecto Rafael Moneo, incluyó la restauración y reintegración del Claustro de los Jerónimos. Dada la fragilidad de la estructura, se procedió a su desmontaje piedra a piedra, documentando y restaurando cada uno de los 2.820 sillares que lo componían.
Las piezas fueron trasladadas a talleres especializados en Alcalá de Henares, donde se sometieron a tratamientos de limpieza, desalinización y consolidación. Posteriormente, el claustro fue reconstruido en su ubicación original, integrándose armoniosamente en el nuevo edificio del museo.
Un espacio expositivo singular
Hoy en día, el Claustro de los Jerónimos alberga una selección de esculturas de mármol y bronce de los artistas Leone y Pompeo Leoni, que representan a miembros de la familia de Carlos V. Este espacio expositivo ofrece a los visitantes una atmósfera serena y contemplativa, en contraste con las salas más concurridas del museo.
Además, el claustro actúa como un lucernario natural, proporcionando luz a las galerías circundantes y a las salas inferiores dedicadas a exposiciones temporales. Esta integración de arquitectura histórica y funcionalidad moderna enriquece la experiencia museística.
Visitar el Claustro de los Jerónimos
El Claustro de los Jerónimos está abierto al público durante el horario habitual del Museo del Prado. Se accede a él a través del Edificio Jerónimos, donde también se encuentran las salas de exposiciones temporales. Al finalizar la visita a una exposición, los visitantes pueden subir las escaleras mecánicas para descubrir este espacio histórico restaurado.
La combinación de arte, historia y arquitectura hace del Claustro de los Jerónimos una parada obligatoria para quienes deseen profundizar en el patrimonio cultural de Madrid y apreciar la meticulosa labor de restauración que ha devuelto la vida a este tesoro oculto.
Galería de fotos
Descubre la belleza del Claustro de los Jerónimos a través de esta selección de imágenes.
