Secretos del Palacio de Cibeles que pocos conocen
El Palacio de Cibeles, conocido por su imponente arquitectura y su papel como sede del Ayuntamiento de Madrid, esconde una serie de secretos y curiosidades que enriquecen su historia. Desde su origen como parque de atracciones hasta detalles arquitectónicos únicos, este edificio emblemático ofrece mucho más de lo que se percibe a simple vista.
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De parque de atracciones a palacio monumental
Antes de que el Palacio de Cibeles dominara la plaza, el solar que ocupa formaba parte de los antiguos Jardines del Buen Retiro. A finales del siglo XIX, este espacio albergaba un parque de atracciones con teatro al aire libre, columpios y hasta un tobogán para adultos llamado «toboggan». Por apenas quince céntimos, los madrileños disfrutaban de esta atracción importada de Canadá, símbolo de una ciudad en proceso de modernización.
Proyectos arquitectónicos que quedaron en el tintero
En 1904, se convocó un concurso para construir la nueva sede de Correos y Telégrafos. Se presentaron tres propuestas: una con influencias ferroviarias y afrancesadas, otra de estilo neobarroco monumental, y la ganadora, diseñada por los jóvenes arquitectos Antonio Palacios y Joaquín Otamendi. Su propuesta funcional e innovadora fue calificada de «creación genial» por la Academia de Bellas Artes, aunque requirió un aumento en el presupuesto para su realización.
Una inauguración con mensaje internacional
El 14 de marzo de 1919, el Palacio de Cibeles fue inaugurado con la presencia de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia. Durante la ceremonia, Alfonso XIII envió el primer telegrama oficial desde el edificio, dirigido a los funcionarios de Correos y Telégrafos de toda España. Poco después, llegó una respuesta desde Inglaterra: un saludo del ingeniero Guglielmo Marconi, inventor del telégrafo inalámbrico, marcando así el inicio de una nueva era en las comunicaciones.
El apodo de ‘Nuestra Señora de las Comunicaciones’
La monumentalidad y el diseño del Palacio de Cibeles impresionaron tanto a los madrileños que pronto comenzaron a llamarlo ‘Nuestra Señora de las Comunicaciones’. Su fachada blanca, torres pentagonales y cimborrio central con reloj le conferían una apariencia más cercana a una catedral que a una sede administrativa. El escritor Ramón Gómez de la Serna lo describió como un espacio entre lo teatral y lo onírico, con «algo de music hall sin música».
La ninfa que custodia la entrada
En la clave del gran arco de acceso al Palacio de Cibeles se encuentra una figura mitológica que muchos visitantes pasan por alto. Se trata de una ninfa, símbolo de las comunicaciones, que custodia la entrada principal. Esta escultura, conocida como «La Rubia», presenta un cuerpo mitad humano y mitad vegetal, fusionando elementos naturales y humanos en una representación artística única.
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Descubre en imágenes los secretos y detalles arquitectónicos que hacen del Palacio de Cibeles un lugar único.
