Mural con latas recicladas en Carabanchel
El mural de latas recicladas en Carabanchel convierte un gesto cotidiano, beber de una lata, en una excusa perfecta para hacer ciudad entre todos. En plena ribera del Manzanares, el proyecto Cuauhtli: el vuelo que nos une propone a vecinos y visitantes montar una pieza gigante de arte urbano a partir de más de 2.000 envases reciclados. Además, esta acción se integra en la Bienal Iberoamericana de Diseño y confirma a Carabanchel como uno de los barrios más creativos de Madrid.
Tabla de Contenidos
- 1 Qué es el mural de latas recicladas en Carabanchel
- 2 Cuauhtli: el vuelo que nos une y su vínculo con Iberoamérica
- 3 Carabanchel, barrio creativo y museo de murales al aire libre
- 4 Pixelata, photoAlquimia y el ADN sostenible del proyecto
- 5 Cómo y cuándo disfrutar del mural y del entorno de Madrid Río
- 6 Datos prácticos para vivir la experiencia del mural
- 7 Galería de fotos
Qué es el mural de latas recicladas en Carabanchel
Este mural de latas recicladas en Carabanchel es una instalación de arte urbano colaborativo basada en la técnica pixelata, donde cada lata funciona como un píxel de color. La pieza se concibe como un gran lienzo vertical construido con más de 2.000 latas de bebida reutilizadas, pintadas por su base y ensambladas en módulos. Además, no se trata solo de un objeto estético: su objetivo es mostrar, de manera visual y cercana, el potencial del reciclaje y de la economía circular aplicada al espacio público madrileño.
La acción forma parte del programa de actividades de la Bienal Iberoamericana de Diseño y se desarrolla durante un fin de semana en el entorno del Puente de Toledo, un lugar clave del paisaje de Madrid Río. Allí, los participantes pueden colocar latas, ver cómo se va completando la imagen y, al mismo tiempo, charlar con el equipo que coordina la pieza. Por tanto, el mural funciona como taller abierto, instalación artística y punto de encuentro vecinal, todo a la vez.
El proyecto se estructura como una experiencia paso a paso: primero se reúnen y preparan las latas, después se clasifican por colores y, finalmente, se montan sobre una estructura que hace visible el diseño completo. Así, el proceso pedagógico resulta tan importante como el resultado final. Además, el hecho de que la obra nazca de la participación ciudadana refuerza la idea de que el barrio es un laboratorio de diseño urbano a escala humana.
Cuauhtli: el vuelo que nos une y su vínculo con Iberoamérica
La intervención Cuauhtli: el vuelo que nos une toma como referencia al águila del calendario azteca, un símbolo asociado a la fuerza, la visión y la libertad. A partir de esa imagen, el mural de latas recicladas en Carabanchel se convierte en metáfora de un vuelo compartido entre Iberoamérica y Madrid. Además, el proyecto se enmarca en un programa más amplio que busca tender puentes entre diseñadores, instituciones y ciudadanía del ámbito iberoamericano a través del diseño.
El concepto no se queda en el plano formal. Cada lata reciclada que se incorpora al mural representa la contribución de una persona distinta, de un bar cercano o de una familia que decide guardar sus envases para la actividad. Así, el águila que se dibuja sobre la estructura está literalmente hecha de fragmentos de vida cotidiana del barrio y de la ciudad. Además, el uso de un símbolo originario de México en un distrito con fuerte presencia latinoamericana refuerza la idea de comunidad híbrida y mestiza.
La Bienal Iberoamericana de Diseño funciona como paraguas institucional del proyecto y le da contexto internacional. De esta forma, el mural no es un gesto aislado, sino una pieza más dentro de una red de actividades que incluyen exposiciones, debates, talleres y encuentros de profesionales del diseño. Por eso, la intervención en la ribera del Manzanares ayuda a situar Carabanchel en el mapa del diseño contemporáneo y del arte urbano con mirada sostenible.
Carabanchel, barrio creativo y museo de murales al aire libre
En los últimos años, Carabanchel ha pasado de ser un distrito periférico poco visitado a consolidarse como uno de los polos creativos más potentes de Madrid. El mural de latas recicladas en Carabanchel se suma a una colección de intervenciones urbanas que ya incluye la icónica mirada de Dalí realizada también con latas, los grandes murales en torno a General Ricardos o las fachadas artísticas del Palacio de Vistalegre y del hotel del entorno de Vía Carpetana. Además, cada temporada aparecen nuevas piezas, lo que mantiene vivo el paisaje.
La clave está en una mezcla muy madrileña: naves industriales, espacios de ensayo musical, talleres de artistas, galerías emergentes y asociaciones vecinales que apuestan por sacar la cultura a la calle. De hecho, muchas de las intervenciones más conocidas nacen de colaboraciones entre estudios creativos y proyectos comunitarios. Esta combinación permite que iniciativas como el mural de latas conecten tanto con profesionales del diseño como con familias del barrio, adolescentes o paseantes del río.
Si te gusta el arte urbano, puedes organizar una ruta que arranque en la zona de Oporto y Urgel, continúe por el entorno del Polígono ISO y termine en la ribera del Manzanares. A lo largo del recorrido irás encontrando obras figurativas, piezas abstractas y, por supuesto, instalaciones recicladas. Además, muchos de estos murales se integran en iniciativas municipales como la futura Ruta del arte de Carabanchel, pensada para descubrir el distrito como un museo al aire libre en constante cambio.
Pixelata, photoAlquimia y el ADN sostenible del proyecto
Detrás del mural de latas recicladas en Carabanchel está la técnica pixelata, desarrollada por el estudio creativo photoAlquimia, con base en el propio distrito. Esta metodología convierte objetos cotidianos reciclados en grandes imágenes de baja resolución, como si fueran pantallas analógicas de píxeles gigantes. Además, el estudio tiene una trayectoria previa en proyectos similares, como la conocida mirada de Dalí realizada con unas 3.000 latas recicladas que ya forma parte del imaginario del barrio.
En el caso concreto de Cuauhtli: el vuelo que nos une, el proceso arranca con el diseño digital del motivo, que se traduce en una cuadrícula en la que cada casilla corresponde a una lata de un color determinado. Posteriormente se limpia cada envase, se pinta y se monta sobre módulos ligeros que pueden transportarse y ensamblarse en el lugar elegido. Así, la obra combina tecnificación y trabajo manual, algo muy atractivo para quienes se acercan a colaborar durante el montaje.
El componente ambiental resulta central: se subraya que el aluminio de las latas es infinitamente reciclable y que, con un gesto tan simple como depositar los envases en el contenedor adecuado, es posible cerrar ciclos de materiales. Además, el proyecto cuenta con la colaboración de programas especializados en reciclaje de envases, que aportan experiencia en educación ambiental y comunicación. Por eso, el mural funciona también como campaña visual a favor del reciclaje participativo en la vida diaria del barrio.
Cómo y cuándo disfrutar del mural y del entorno de Madrid Río
El montaje del mural de latas recicladas en Carabanchel se concentra en un fin de semana de noviembre, con horario de mañana y parte de la tarde, en la explanada del Puente de Toledo, dentro de Madrid Río. Durante esas horas puedes acercarte sin reserva previa, observar cómo se construye la obra, participar colocando latas y hablar con el equipo dinamizador. Además, suele haber un ambiente muy familiar, con niños, grupos de amigos y curiosos que pasean por el parque fluvial.
Si vas a pie o en bicicleta, lo más cómodo es seguir el paseo de Madrid Río hasta el Puente de Toledo, uno de los hitos históricos del sur de la ciudad. Desde allí, la explanada del Espacio Río se abre como una gran plaza frente al cauce renaturalizado del Manzanares. En cambio, si prefieres el transporte público, las estaciones de metro más cercanas se sitúan en los barrios colindantes, desde donde un breve paseo te lleva hasta el punto de encuentro de la actividad.
Aunque el montaje colaborativo se concentra en esas fechas, la experiencia tiene una segunda lectura: te anima a mirar de otra manera el paisaje cotidiano de Carabanchel y de Madrid Río. Después de participar, muchos vecinos cuentan que no vuelven a ver una simple lata del mismo modo y que prestan más atención a los contenedores de reciclaje del barrio. Además, el recuerdo de la instalación sirve como invitación a volver a la zona y seguir explorando otros murales y espacios culturales próximos.
Datos prácticos para vivir la experiencia del mural
Para disfrutar plenamente del mural de latas recicladas en Carabanchel conviene tener en cuenta algunos detalles prácticos. En primer lugar, las franjas centrales del día son las más animadas, así que, si quieres participar activamente en el montaje, intenta acercarte entre media mañana y primeras horas de la tarde. Además, al tratarse de una actividad al aire libre junto al río, es recomendable llevar ropa cómoda, algo de abrigo en noviembre y, si piensas manipular latas, incluso unos guantes finos reutilizables.
No necesitas inscripción previa para colaborar, basta con presentarte en la explanada y seguir las indicaciones del equipo coordinador. En muchas ocasiones, se anima a los participantes a traer sus propias latas vacías y limpias para integrarlas en la obra, así que puedes aprovechar para vaciar tu cubo amarillo en modo creativo. Además, como el mural se crea por módulos, verás cómo la imagen final va apareciendo poco a poco, lo que hace que cualquier momento del proceso resulte fotogénico.
Al terminar tu visita, puedes completar el plan paseando por Madrid Río hacia el Matadero o subiendo hacia las calles de Carabanchel alto para descubrir más murales, galerías y estudios. De esta manera, una simple escapada para ver un mural se convierte en una ruta urbana completa, ideal para un fin de semana tranquilo. Además, si te interesa el diseño y la sostenibilidad, seguir las actividades asociadas a la Bienal Iberoamericana de Diseño te dará más ocasiones para vivir experiencias parecidas en distintos puntos de la ciudad.
Galería de fotos
Déjate inspirar por los detalles del mural y por la energía del barrio antes de lanzarte a explorar Carabanchel en primera persona.
